El niño sordo, aunque adquiere las capacidades cognitivas igual que los oyentes, muchas de ellas las consigue con retraso, de uno 2 a cuatro años más tarde. Un retraso consecuente, sobre todo, por un déficit informativo y experiencial.
La escasa calidad de su código comunicativo-lingüístico, de experimentación y de información percibida afecta a funciones tales como la representación mental de la realidad, la formalización del pensamiento, la formulación de hipótesis, la planificación de estrategias, la memoria, etc... Presentan una mayor dificultad que los demás con los conceptos temporales. Les resulta difícil adquirir la noción del tiempo, desde la percepción de lo que ha ocurrido antes y después en su vida cotidiana, hasta la percepción del tiempo histórico como una línea de sucesos ordenada temporalmente. Así, el niño tiene grandes dificultades para organizar cronológicamente sucesos y situaciones ocurridas... Esto se puede observar en el niño cuando intenta narrarte una historia, o cuando le dices que organice cronológicamente los sucesos de un cuento que se encuentran ilustrados en viñetas...Un retraso que viene en gran medida ocasionado por la falta de experiencias a la que el niño accede y que apenas comparten con él, por ejemplo, los padres y familiares cuando se dirigen a él lo hacen con un lenguaje pobre, parcializado, limitado en recursos...
Viendo que el desarrollo de esta población se ve acentuada por la falta de información y experiencas a la que acceden, se considera que el acceso a cuentos desde temprana edad puede favorecer en gran medida su desarrollo y, por tanto, disminuir su retraso cognitivo. Así, conocer las historietas propias de los cuentos fomenta el desarrollo cognitivo al compartir experiencias, concentrarse, atender, interpretar la cadena de sucesos, imaginar y disfrutar. Y es que un hecho tan cotidiano con hijos oyentes, no es practicado con hijos sordos reduciendo, así, su actividades experienciales. Por tanto, se debe fomentar a los padres a que acerquen a sus niños a los cuentos, algo que les resulta tan extraño ¿contar un cuento a mi hijo?, pero que a día de hoy las nuevas tecnologías lo han solucionado por completo, permitiéndoles compartir experiencias, concentrarse, atender, interpretar la cadena de sucesos, imaginar y disfrutar. Estas experiencias son básicas en el desarrollo de los niños sordos, ya que favorecen la capacidad simbólica, el acercamiento a la lengua de signos y a la lengua literaria y, sobre todo, reduce en gran medida los problemas de la organización de sucesos temporales pues se exponen a ellos en gran medida: comienzan a diferenciar el inicio, el suceso, el desarrollo, la acción, y el final.
Existen un gran número de cuentos para sordos donde podemos diferenciar aquellos que están compuestos por:
- Un intérprete de signos junto a animaciones que apoyan la historia
- Un intérprete de signos, animaciones y escritura
No hay comentarios:
Publicar un comentario