Clasificaciones desde el punto de vista audiológico:
Dada la estrecha relación entre audición y lenguaje, muchas clasificaciones toman en cuenta ambos aspectos mostrando gradualmente las dificultades del lenguaje a medida que aumenta la pérdida auditiva. Este criterio es el adoptado por el Bureau International d´Audiophonologíe (BIAP):
- Audición normal o sensiblemente normal: Umbral inferior a 20 dB. El niño no tiene dificultad en la percepción de la palabra en conversación, aunque puede presentar cierta imprecisión al articularla.
- Deficiencia auditiva ligera: 21-40 dB No todos los fonemas de la palabra son igualmente percibidos. La voz débil o lejana no se oye. En general, el niño es considerado como poco atento, haciéndose repetir lo que le dicen. Su detección es de una gran importancia en la edad escolar, pudiendo beneficiarse perfectamente mediante la oportuna prótesis auditiva.
- Deficiencia auditiva media: 41-70 dB. El umbral se encuentra al nivel de la palabra, por lo que es necesaria cierta intensidad en la voz para que sea percibida. El retardo del lenguaje y las alteraciones articulatorias son frecuentes.
- Deficiencia auditiva severa: 71-90 dB. Únicamente la voz fuerte es percibida. Si el medio familiar está atento, podrá desarrollarse el lenguaje. De lo contrario el niño llegará a los 4 ó 5 años sin hablar.
- Deficiencia auditiva profunda: más de 91 dB. Sin la reeducación apropiada estos niños son mudos y sólo perciben los ruidos muy intensos, la mayoría de las veces más por el sentido vibrotactil que propiamente auditivo.
- Cofosis o anacusia: Pérdida total de audición. Se suele decir que son excepcionales.
Clasificación desde el punto de vista otológico
Se incluyen aquí los distintos tipos de sordera según el lugar de la lesión, reduciéndolas a tres:
- Sordera de transmisión (sordera de conducción, sordera obstructiva): deficiencia auditiva producida por una alteración en el oído externo o en el oído medio.
- Sordera de percepción (sordera de recepción, sordera sensorioneural, sordera retrococlear, sordera de nervio): sordera producida por una lesión en las fibras del nervio acústico o en las vías acústicas del tronco cerebral.
- Sordera mixta: es aquella cuya lesión se asienta en el aparato de conducción y en el nervio acústico simultáneamente, por tanto es de transmisión y de percepción.
Una de las principales diferencias entre las sorderas de oído externo y medio, es decir, de transmisión o de conducción y las sorderas de oído interno (cocleares) o de nervio auditivo, las de percepción o sensorioneurales, es que las primeras son susceptibles de tratamiento: desde la extracción de tapón de cerumen al reestablecimiento artificial del tímpano. También la pérdida auditiva es menor. En cambio, en las sorderas de percepción o sensorioneurales, siendo la zona afectada la cóclea o las vías nerviosas, la pérdida auditiva es severa o profunda, principalmente en las frecuencias agudas y el tratamiento, hoy por hoy sigue siendo educativo o reeducativo.
Otros términos en relación con la sordera
Se ha visto la importancia que se le concede a la edad en la que se origina la sordera. La razón de esta importancia está en función de que la pérdida de audición sobrevenga antes o después de que el individuo haya adquirido el lenguaje. En este sentido nos encontramos con los siguientes términos:
- Sordera prelocutiva: sordera existente antes de aprender a hablar, antes de los 2 años.
- Sordera postlocutiva: es la sordera que se presenta después de haber aprendido a hablar, después de los 2 años.
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